Alquiler de barcos en Atenas · — Oceanis 46.1 (2019)

Los problemas empezaron con la exigencia de pagar 140 euros por la ropa de cama, aunque estaba incluida en la página web cuando reservamos el barco. No les importó ninguna prueba que les mostráramos y para no tener que dormir en colchones desnudos pagamos el precio. Luego, sólo cuando llegamos al barco, nos informaron de que no había posibilidad de wifi, aunque la habíamos reservado con antelación. No pagamos por el wifi pero sí por una máquina de café (40 euros - aunque el precio en la página web es de 28), que al parecer (como ya supimos cuando ya salimos de El Pireo) funciona sólo con corriente de tierra por lo que no pudimos usarla casi toda la semana (es bien sabido que en Grecia el tiempo que estás conectado a un puerto es muy escaso). En realidad, recibimos el barco con las baterías descargadas y la toma de tierra bloqueada. Cuando se lo comentamos, nos dijo: "Pon en marcha el motor para que funcione con electricidad"... En el check-in vi que el propulsor de proa no funcionaba y que las cuerdas flotantes que me dijeron (a través de mensajes en este sitio web) tiene el barco no existen. Por supuesto, no recibimos ninguna compensación por ello. El primer día de navegación descubrimos todo el mal mantenimiento de los barcos: velas que eran casi imposibles de manejar debido al mal estado de las cuerdas, piloto automático que se salía constantemente del modo automático, bote auxiliar con una estructura rota y el motor del bote auxiliar (por el que pagamos 80 euros adicionales) se paró después de 1 minuto de uso. Cuando le comunicamos al propietario todas estas averías, su respuesta fue "navegar es un trabajo duro" y, en cuanto al motor del dinghy, nos envió a otra isla para que lo repararan, lo que significa que hasta entonces (un día y medio después de que se produjera el problema) teníamos que pagar cada vez por los taxis acuáticos (150 euros). Cuando el técnico nos devolvió el motor después de la reparación, el propietario me pidió que le pagara 120 euros por ello y prometió devolvérmelos cuando volviéramos, ¡dinero que aún no he recibido! Además, cuando probamos el motor más tarde en la siguiente isla, se apagaba cada minuto de uso, así que, una vez más, no teníamos motor de dinghy. Durante toda la semana no pudimos utilizar el motor del dinghy y nunca recibimos nuestro dinero por eso, ni por los taxis acuáticos que tomamos debido a eso. Y encima de todos estos servicios que no recibimos, cuando volvimos el viernes les pedimos que hicieran el check out y nuevamente nos pidieron dinero extra por "early check out": ¡150 euros!