Alquiler de barcos en Sorrento · Rizzardi — Duck (2000)

Excelente experiencia que definitivamente vale la pena repetir, patrón profesional (Alessandro) atento a cada pequeña necesidad, muy informado y servicial. Éramos 2 adultos, 1 niño de 7 años y un bebé.

¡Hermosa experiencia, disponible en todo, incluso para dejar las velas en manos de un no experto! Definitivamente para probar!!

¡Vito y Eugenio fueron dos muy buenos patrones! Con ellos nos sentimos amigos en un viaje en velero. Saben mucho de la Costa amalfitana. Todo estuvo genial !

¡Esta fue una maravillosa experiencia! La tripulación fue muy amable y flexible para llevarnos a donde quisiéramos, se detuvo para nadar y nos proporcionó bebidas y comida. Recomendaría al 100% esta experiencia si desea pasar un gran día en el mar.

Nos lo pasamos genial navegando con Ettore, nuestro patrón. Él fue muy amable y amable al explicar todo lo que pedimos, y nos contó grandes historias sobre la historia del lugar. Los sándwiches eran increíbles, y un montón de cervezas y agua para beber. Definitivamente recomendaría alquilar este barco.

Nuestra experiencia fue bastante mala... En primer lugar, el barco que habíamos reservado no era el barco en el que navegamos. El día antes de nuestra reserva, me puse en contacto vía whatsapp con Francesco, el capitán del barco que habíamos reservado, para que nos aconsejara sobre el punto de encuentro en el Piano de Sorrento maria y también sobre la necesidad de llevar hielo a bordo. ya que traeríamos bebidas y algo de comer. Francesco entonces dijo que me pusiera en contacto con Amedeo (que según él sería su patrón) y que arreglara los detalles con él... Inmediatamente me puse en contacto con Amedeo, y me dio la ubicación del puerto deportivo. Me dijo que aunque la hora estaba prevista para las 9:00 del día 23/08, solo saldríamos a las 9:30, quedamos de acuerdo. Pregunté por la necesidad de llevar hielo a bordo para enfriar las bebidas que íbamos a tomar, y Amedeo dijo que no era necesario ya que el barco estaba equipado con un buen frigorífico. Yo también había concertado con Francesco una plaza de aparcamiento que había dicho que reservaría para nuestros coches (2) y me informó en ese momento que reservaría las plazas para los coches sin coste alguno en el puerto deportivo, pero Cuando llegamos, Amedeo me recibió de mal humor y me arregló plazas de aparcamiento (que luego supimos que tendrían que pagarse a 25 euros por coche). Este Amedeo, en realidad, no era el patrón del bardo de Franceso, sino el propietario de otro barco del mismo tamaño, pero mucho más antiguo que el que alquilamos. Se quejó de la cantidad de bebidas y cosas que habíamos llevado y en la nevera que nos proporcionó no cabía casi nada, ya que estaba llena de objetos personales, ya que vivía en el barco. Los camarotes no se podían utilizar, ya que eran de uso exclusivo del capitán (Amedeo). El barco tenía las velas gastadas y apenas podía acomodar a los 6 pasajeros. El capitán estaba lleno de reglas y de muy mal humor. Según historias de mensajes, teníamos planeado recorrer la costa y desembarcar en Capri para almorzar y quedarnos allí un par de horas para conocer un poco el pueblo, pero cuando llegamos cerca de la isla de Capri, el Capitán ( Amedeo) dijo que no podía fondear, porque las aguas eran muy profundas y la longitud de su ancla no era suficiente, pero insistimos en desembarcar y pidió que le apoyaran en tierra un barco (lo cual tuvo que pagar un coste de otros 30 euros) simplemente para que pudiéramos desembarcar. Prácticamente la ruta se hizo utilizando sólo el motor, ya que había poco viento y el día era muy caluroso, las bebidas no estaban frías y como no había espacio en la nevera del barco tuvimos que conformarnos con agua que nos proporcionó Amedeo. El lugar es bastante hermoso y la navegación fue fluida, pero el capitán no fue amable ni agradable, se quejó de nuestros zapatos de neopreno que tenían suela negra y que según él dejaban manchas en el casco. En fin, la experiencia no fue peor porque la naturaleza era bastante hermosa y el día era soleado y con mar tranquilo, pero sí la hospitalidad y cordialidad, además de que el barco no era el mismo que se muestra en las fotos y el El pago acordado (pagar el desembarco en la isla, bucear en la Gruta Azul, cosa que no sucedió, y tener que pagar el estacionamiento) frustró totalmente las expectativas.